Debido a su excelente capacidad de adaptación natural, los trips se han desarrollado hasta convertirse en una de las plagas más dañinas y ampliamente extendidas. Provocan graves daños en
los cultivos de hortalizas y ornamentales y en frutos de baya.
Daños
Los trips dañan el cultivo al extraer los fluidos de las células vegetales. Las células vacías se llenan de aire y su aspecto se vuelve de un color gris plateado donde unos puntos negros
son visibles debido a sus excrementos. Además, pueden causar muchos otros síntomas dependiendo del cultivo. Por ejemplo, los trips en pepinos jóvenes causan deformación en los
frutos. En pimiento dulce causan daños estéticos en los frutos cerca del cáliz. En varias ornamentales dañan la flor decolorándola y deformándola. Solo unos pocos trips son suficientes
para causar daños muy graves. Además, los trips son importantes vectores de varios virus (ej. el virus del bronceado del tomate, TSWV).
Descripción y ciclo biológico
Los trips adultos son insectos pequeños, alargados con unas características alas de aspecto plumoso. Miden alrededor de 1mm y tienen un color grisáceo o amarillo-marrón. Las hembras de
trips ponen sus huevos en la cutícula de los tejidos vegetales. Los huevos eclosionan a los pocos días y se convierten en larvas muy móviles que comienzan a alimentarse inmediatamente.
Tras el segundo estadío larvario, se dejan caer al suelo para convertirse así en pupas. El tiempo total de desarrollo de adulto a huevo oscila entre 20 días a 20ºC a 12 días a 30ºC. Con
temperaturas lo suficientemente altas una hembra de trips puede producir una descendencia de hasta 200 individuos.
Especies
Las dos especies más dañinas son: el trips de la cebolla (Thrips tabaci) y el trips de las flores (Frankliniella occidentalis).